PORQUE SÍ

POR: Yossarian

Ayer, 11 de Septiembre, tuvo lugar la celebración de la así llamada "Díada de Cataluña", fiesta inventada por y para ese escaso porcentaje de la población catalana que se confiesa independentista.

Como cada año (y ya van unos cuantos) los cuatro engendros de rigor se dedicaron a festejar por todo lo alto una fecha cuyo significado desconocen y a alimentar el odio entre hermanos, cosa que, al parecer, se les da de perlas. No contentos con desfilar por las calles de la ciudad condal enarbolando la bandera independentista y poniendo a caer de un burro a gritos a todo aquel del que se acordaran en el momento, decidieron que, como va refrescando ya, qué mejor que quemar una bandera de España.

Eso sí, este acto de radical valentía antisistema tuvo como partícipes a la otra parte del conocido pastel. Los políticos y los policías (o mossos, para más señas). 

Los primeros, salvo contadas excepciones, se mostraron muy capaces de hacer frente a la situación y tiraron del famoso "donde fueres, haz lo que vieres", osease, con similar valentía y determinación retiraron previamente las banderas españolas de los ayuntamientos, sustituyéndolas por las independentistas catalanas. 

Los segundos, perros sarnosos pagados para golpear a abuelos que se manifiestan y dejar impunes a bandas callejeras de extrema izquierda, se dedicaron a mirar, siguiendo órdenes de los altos mandos, demostrando lo bueno y necesario de gastar millonadas en seguridad privada.

Y todo esto...¿por qué?.

Pues, le pese a quien le pese... porque sí.

Históricamente, la Diada de Cataluña tiene de independentista lo que Zapatero de buen gobernante, es decir, nada. La historia, ese pequeño grano en el culo de todo radical antisistema de pro, nos revela que el 11 de Septiembre no es un aniversario separatista o catalanista, sino muy al contrario, un ejemplo de unidad nacional contra el invasor francés (borbónico, para ser más claros).

El 11 de Septiembre, históricamente, es el aniversario de la caída de la ciudad tras 14 meses de sitio y obstinada resistencia ante el candidato francés a la corona en la Guerra de Sucesión.

En dicha guerra, que traería como resultado la caída de la dinastía de los Austrias del poder, los catalanes defendieron sus derechos como representantes del pueblo español y su legítima monarquía de aquel entonces contra un enemigo mayor en fuerzas y sin ayuda de nadie. 

Defendieron su derecho como españoles (la repetición es necesaria), decía, por salvaguardar la legitimidad de sus gobernantes, para no ser una pieza más en el juego de Francia. Y lo hicieron capitaneados por ni más ni menos que el Gobernador de Barcelona, Rafael Casanova, austracista y patriota como el que más.

El mismo Rafael Casanova al que en la actualidad se le depositan guirnaldas de flores con banderas que no llegó a conocer. El mismo Rafael Casanova al que todos los partidos independentistas consideran un mártir del derecho de los catalanes a decidir quién les gobierna libremente.

El mismo Rafael Casanova cuya estatua fue testigo del ultraje de la bandera que representa el país por el que pasó penurias 14 meses.

Así pues, y con cierto retraso muy a mi pesar: 

Feliz aniversario, Rafael Casanova

Fuente:  http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/12/barcelona/1315821796.html