12.3.12

EL HOLANDÉS ERRANTE

POR: Rattus Norvergicus   

Dibujo original de uno de los primeros libretos de la ópera de Wagner Der Fliegende Holländer, estrenada en febrero de 1843
 Muchas son las leyendas ligadas al mar; monstruosidades abisales, sirenas embaucadoras islas errantes etc, urdidas durante generaciones de marinos cansados de otear el horizonte desde la proa de sus naves (o incluso enloquecidos por las largusisimas jornadas encerrados en sus pequeños cascarones flotantes), pero ninguna tiene la repercusión en la cultura popular de la que goza la leyenda del capitán Willem van der Decken y su tripulación de condenados abordo de su temible barco: El Holandes Errante. Dicha historia ha sido retratada, homenajeada e incluso parodiada por fuentes tan diversas como las novelas de Marryat o Whasington Irving, la celebérrima obra de Wagner "el buque fantasma", los terroríficos comics de EC, la millonaria saga hollywoodiense "pirtas del Caribe" o incluso a la popular serie de dibujos infantiles de "Bob Esponja".

El origen de dicho realto es incierto, algunos señalan un origen pagano mostrando sus similitudes con la "odisea" o los realtos de derivas escandinavos como el de "la navegación de Bran" (cristianizado posteriormente como "la navegación de San Brandan"), otros señalan sin embargo un origen cristiano recalcando su similitud con la extendida leyenda europea de "el judío errante".

Imagen del capitán Van der DeckenLa historia narra la historia de Willem vab der Decken capitán audaz aunque despiadado que en uno de sus viajes tuvo que bregar con un terrible tormenta, el capitán desoyó las suplicas de su tripulación de que se guarnecieran en un puerto y cuando estalló un motín éste le sofocó con inaudita crueldad arrojando a los rebeldes por la borda del barco; a causa de ello el mismo Dios descendió de las alturas maldiciendo al capitán y condenándole a vagar eternamente por los siete mares sin poder atracar en puerto alguno. Otra versión señala que el capitán pactó con el mismo diablo para salvar su pellejo, o incluso desafió el orden universal procalmando que nunca ninguna fuerza humana o sobrenatural podía llevarlo a pique.

La nueva tripulación del capitán pasaría a engrosarse con las almas de condenados tales cómo naufragos que invocan su nombre en momentos de desesperación, suicidas, ajusticiados o pecadores empedernidos cuyos crimenes son tan horribles que ninguna población humana los quiere en su seno. Además cuenta la leyenda que el maligno (o el altísimo según la versión) le otorgó como compañero a un demoniaco humúnculo cornudo encargado de llevar las cuentas de los crimenes de todos aquellos que se enrrolan en el fantasmal navío. 

Esta historia se solapa a menudo con otra conocida leyenda marinera, la de Davy Jones personificación misma del demonio y la muerte en el mar cuyo simple nombre ya es anatema en el mar pues puede atraer la fatalidad y el mal fario.

File:Flying Dutchman, the.jpg

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