POR: Rattus Norvergicus
Estaba tardando en pasar, ocurrió con Perrault, con Rudyard Kipling, con Edgar R Borrougths con Walt Disney y con Osamu Tezuka, era tan solo cuestión de tiempo que los forofos de la libertad y la corrección política la tomaran con el bueno de Hergé, el creador del inmortal personaje de comic Titín con el que generaciones de niños europeos aprendimos a leer así como valores tales como la amistad, la defensa de los defavorecidos, la lucha contra las injusticias etc.
Está vez el iniciador de al caza de brujas es el ciudadano congoleño Bienvenu Mbutu que ha llevado una demanda antes los tribunales de Bélgica (tierra natal del autor) acusando al álbum “Titín en el Congo”de ser una obra racista que incluye argumentos pro colonialistas basados en la superioridad del blanco sobre el negro, de este modo el demandante solicita la inmediata retirada del mercado de la historieta o que al menos esta incluya una advertencia (como los paquetes de cigarrillos) a padres y educadores informando del nocivo contenido racista que se oculta entre sus coloridas páginas. El grado de incultura que demuestra el inclitito ciudadano congoleño es tal que a mí personalmente me ha hecho enrojecer, principalmente por dos motivos que paso a señalar:
En primer lugar, es un lamentable error propio de estos tiempos que corren (especialmente entre progres buen royista que no dudan en censurar libros y llevar a personas a la cárcel en nombre de la libertad de expresión y la tolerancia) el ignorar que en el pasado existieron otras manera de pensar sólo entendibles en su contexto histórico, las cuales obviamente no pueden ser extrapoladas al presente, pero que desde luego tampoco puede juzgarse en base a unos valores contemporáneos entonces desconocidos, de éste modo “Titín en el Congo” es una obra fruto de un momento concreto de la historia que es la expansión colonial europea, pero dentro de ese pensamiento el que expone Hergé en su libro no es precisamente el más depredatorio y racista, sino que responde a la visión paternalista de la iglesia católica que entendía al indígena como salvajes de corazón bondadoso pero que necesitan nuestra tutela para evitar que cometan desmanes, curiosamente esta no fue la ideología colonial imperante en el Congo Belga sino su opuesto: las teorías positivista capitalistas basadas en el darwinismo racial y que entendía a la población indígena como inferiores y por ello susceptibles de ser exterminados si se oponían a los intereses económicos de la todopoderosa metrópolis.
De este modo si nos situamos en su contexto nos damos cuenta que no es una obra tan racista sino más bien lo contrario es una obra destinada a despertar las conciencias de los ciudadanos belgas y recordarles que los indígenas congoleños no eran primitivos salvajes cercanos a los simios sino gente de buen corazón a la que sin embargo había que cuidar como si de niños grandes se tratara.
La otra es una cuestión meramente biográfica, pues Hergé nunca se sintió del todo satisfecho de su segundo álbum de Titín, pues al igual que “Titín y los soviets” fue una obra propagandística hecha por encargo de los responsables del diario católico “Sicle XX” dónde Hergé trabajó, de este modo “Tintín en el Congo” a menudo no aparece en las antologías del autor por éste mismo motivo, ya que se considera que Hergé no tuvo absoluta libertad creativa hasta que mandó al reportero rubiales y su inseparable fox terrier a EEUU en “Titín en América”.
¿Y qué pasa con los demás álbumes? Pues que quizás habría que recordar al ignorante de Bienvenu que en ellos se crítica el brutal colonialismo inglés sobre Hong Kong (“El loto azul”), el narcotráfio llevado a cabo por europeos a costa de la población autoctona (“Los cigarros del faraón”), la opresión de los indígenas americanos por las elites criollas blancas (“El templo del sol”), la guerra fría y la carrera armamentística (“El asunto Tornasol”), la trata de esclavos (“Stock de Coque”) o las sangrientas y absolutamente inútiles dictaduras bananeras latinoamericanas apoyadas interesadamente por los grandes bloques político económicos occidentales(“Titín y los Pícaros”).
Espero de corazón que los tribunales de Bélgica tenga en cuenta esto antes de dar la razón por puro populismo Bienvenu y su estéril revanchismo anti blancos y evitar así que una vez más nuestra cultura sea pisoteada y ultrajada en nombre de las modas de pensamiento imperantes.
Tal vez al sr.bienvenu se le deberia recordar las masacres de colonos belgas durante la descolonizacion del congo belga a mediados de los 60`s,igual se le olvidaria de cuestiones racistas y que tal andaban de xenofobia el mau-maus,especialistas en violar,despellejar y torturar a todo belga que caia en sus manos incluidos niños y bebes.Un saludo desde Valencia.
ResponderEliminarCómo ya señaló Voltaire el peor mal de la humanidad es la ignorancia....
ResponderEliminarCreo que si usaran tu artículo en el juicio sobrarían muuuchas horas de juicio ;).
ResponderEliminarUn saludo y felicidades otra vez por el artículo. Siempre un placer leer tu blog