POR: Rattus Norvegicus
Este fin de semana el equipo completo de A Hierro Frio nos desplazamos a la capital lusa para asistir al concierto de Death In June que dieron el sábado 15 de octubre como parte de su gira del treinta aniversario.
El evento tuvo lugar en una peña cultural portuguesa en pleno centro de la ciudad, en un local que albergaba en su interior una preciosa sala de baile de madera toda decorada con frescos que recreaba imágenes de las formas de vida tradicionales de Portugal, y que se sumaban a los estandarte de la totenkoph y el sol negro que las bandas habían traído como parte del atrezzo para crear un ambiente mágico y extraño que te trasportaba a tiempos pasados al margen del mundo moderno y sus mediocres convenciones.
Antes del show la gente de Extremocidente colocaron un pequeño puesto con ropa, música, posters y libros (aunque estos por desgracia para nosotros estaban todos en portugués). La apertura de puertas tuvo lugar en torno a las 8 de la tarde y el inicio del concierto a eso de los 9, la sala se llenó hasta los topes gracias a la asistencia de una multitud de gente de lo más variopinta pero que toda supo comportarse (salvo alguna deleznable excepción) de una forma educada, respetuosa y cordial, creando un sano ambiente de intimidad y camaradería.
Con la entrada todos recibimos un sobre cortesía de Extremocidente con un póster exclusivo de la fecha y un pequeño single en CD con dos versiones inéditas de la archiconocida canción “heaven street”.
Extremocidente nos reservaba una sorpresa más: el primer concierto en exclusiva del joven pianista eslovaco que ejecutó las composiciones a piano de “paceful show – lounge korps” el último trabajo de Death In June y al que pronto producirán un disco. Fue una agradable sorpresa que supo perfectamente caldear el ambiente.
A continuación actuó la ya consagrada banda austriaca de martial-industrial Die Weisse Rose que a todos nos estremeció con una ejecución de percusión excelente sobre bases electrónicas, acompañado por una impresionante puesta en escena de corte militarista, en un concierto redondo aunque excesivamente corto dónde interpretaron temas ya clásicos del conjunto como “at the doorsteps of our temple” o “nicht schulding” durante el cual manipularon en directo una autentica sirena anti bombardeos de al Segunda Guerra Mundial que creó un hipnótico ambiente bélico, en sin duda el punto álgido de su actuación.
Tras la actuación de los austriacos hubo un breve descanso en el que los asistentes aprovechamos para ir a por unos botellines de Super Bock y entonces comenzó ya el plato fuerte de la velada.
Las luces se apagaron y salió Douglas P con su cara oculta bajo la ya célebre máscara venecianda convertida en uno de los emeblemas característicos de Death In June y ataviado con su también icónico chubasquero de camuflaje con el signo de la totemkoph comenzando a interpretar mediante percusión algunos de sus temas más industriales como “death of a man”.
Tras esta breve pero intensa introducción Douglas se quitó la mascara y al grito de “pigy, pigy , pigy, pigy” que todos coreamos, comenzó a tocar en acústico los temas de la banda desde clásicos de la talla de “rose clouds of holocaust”, “all pigs must die”, “heaven street”, “she said destroy”, “fileds of rape”, “little black angel”, “runes and men”, “fall apart” etc a de canciones algo más contemporáneas pero igualmente geniales como “honour of silence”, “kameradschaft”, “wolf rose” o “paceful snow”.
La ejecución fue impecable y en varias ocasiones pidió sugerencias al público demostrando así que no estaba trabajando con un track list cerrado sino que también dejaba espacio para la improvisación. El concierto cerró con un largo bis que concluyó con otra versión de percusión de su controvertidísima canción industrial “c’est a rêve”.
Cuando finalmente pensábamos que todo había terminado y ya pensábamos en irnos, Douglas volvió a salir una vez más y nos regalo un último tema: “Till the living flesh is burning” poniendo broche así a una noche para muchos inolvidable.
Finalmente dar las gracias desde aquí a los camaradas de Extremodicente (especialmente a Joao) por la fantástica organización, paciencia y amistad, y sólo desearles lo mejor y que no muy tarde nuestros caminos se vuelvan a juntar
HEILIGUE TOD!
Extremocidente nos reservaba una sorpresa más: el primer concierto en exclusiva del joven pianista eslovaco que ejecutó las composiciones a piano de “paceful show – lounge korps” el último trabajo de Death In June y al que pronto producirán un disco. Fue una agradable sorpresa que supo perfectamente caldear el ambiente.
Tras la actuación de los austriacos hubo un breve descanso en el que los asistentes aprovechamos para ir a por unos botellines de Super Bock y entonces comenzó ya el plato fuerte de la velada.
Las luces se apagaron y salió Douglas P con su cara oculta bajo la ya célebre máscara venecianda convertida en uno de los emeblemas característicos de Death In June y ataviado con su también icónico chubasquero de camuflaje con el signo de la totemkoph comenzando a interpretar mediante percusión algunos de sus temas más industriales como “death of a man”.
Tras esta breve pero intensa introducción Douglas se quitó la mascara y al grito de “pigy, pigy , pigy, pigy” que todos coreamos, comenzó a tocar en acústico los temas de la banda desde clásicos de la talla de “rose clouds of holocaust”, “all pigs must die”, “heaven street”, “she said destroy”, “fileds of rape”, “little black angel”, “runes and men”, “fall apart” etc a de canciones algo más contemporáneas pero igualmente geniales como “honour of silence”, “kameradschaft”, “wolf rose” o “paceful snow”.
La ejecución fue impecable y en varias ocasiones pidió sugerencias al público demostrando así que no estaba trabajando con un track list cerrado sino que también dejaba espacio para la improvisación. El concierto cerró con un largo bis que concluyó con otra versión de percusión de su controvertidísima canción industrial “c’est a rêve”.
Cuando finalmente pensábamos que todo había terminado y ya pensábamos en irnos, Douglas volvió a salir una vez más y nos regalo un último tema: “Till the living flesh is burning” poniendo broche así a una noche para muchos inolvidable.
Finalmente dar las gracias desde aquí a los camaradas de Extremodicente (especialmente a Joao) por la fantástica organización, paciencia y amistad, y sólo desearles lo mejor y que no muy tarde nuestros caminos se vuelvan a juntar
HEILIGUE TOD!
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