Por: Yossarian
Tras un parón navideño, en ahierrofrío volvemos con más rabia que nunca, analizando el tema por excelencia en estas fiestas; el nuevo gobierno de España.
Todo hay que decirlo, la campaña prometía más bien poco. Unos se limitaban a atacar sin ton ni son y los otros a aguantar el chaparrón, conscientes de lo casi-inevitable de su victoria ante una oposición moribunda y un electorado que solo buscaba una salida rápida.
Los resultados no defraudaron a las encuestas, más bien todo lo contrario. El Partido Popular, con Marianín a la cabeza, se coló en la Moncloa a lo grande, con mayoría absoluta y más poder del que estamos acostumbrados a ver en un nuevo gobernante.
Por una parte, esto permitía dejar fuera a los nacionalistas, votos minoritarios, del control de las decisiones del gobierno (o, en palabras sencillas, esto evita que un Carod Rovira cualquiera, que solo mira por los intereses de su región, pueda decidir sobre los asuntos de todos los españoles).
Por otra parte, esto permite a un solo partido político gobernar sin tener que consultar con el resto de representantes del pueblo. Algo poco halagüeño, desde mi punto de vista, tratándose de un partido como el PP, que ha demostrado en ocho años de oposición una tendencia hacia el silencio y la inactividad que dice más de lo que parece.
Estos hechos levantaban algo de ampollas, todo hay que decirlo, entre los electores y críticos de la ineptitud de los dos partidos mayoritarios, pero no pasaban de ser signos de desconfianza superficiales, teniendo en cuenta que, al fin y al cabo, votamos a nuestros dirigentes y hay que apechugar con los resultados.
La gran sorpresa, sin embargo, llegó con los nombramientos de los ministros.
Dejando de lado un ministro de defensa que pertenece a un entramado de empresas responsable de la venta de armas a mas de 90 ejércitos (todo esto mientras en Afganistán seguimos sin financiación, por cierto), el boom mediático surge cuando nuestra soberanía ECONÓMICA se ve minada hasta el extremo al ser nombrado, como ministro de Economía, un ex-banquero de Lehman Brothers.
No solo estamos contemplando la muerte de un estado de bienestar, dando sus primeros pasos en nuestro país viene también la pérdida de la soberanía nacional. En pocas palabras, somos un estado títere de Francia y Alemania, un país en manos de la banca, de empresas privadas, en el que nombramos ministros que luchan por intereses contrarios a aquellos que les son asignados, que se mueven CONTRA nosotros, no por nosotros.
Esto es España.
las autonomias ya gobiernan españa toman desiciones por todo el estado te guste o no ESPAÑOCERDO DE MIERDA! sabes como se resuelve esto monton de mierda infecta? DENLES LA INDEPENDENCIA Y YA BURRO! PUTA ESPAÑA DE MIERDA! GORA EUSKADI ! VISCA CATALUNYA!
ResponderEliminarPosdata: sus respuestas no me importan y sus insultos demuestran lo que ustedes son bazofias sin valor!