POR: Rattus Norvergicus
Los herbarios medievales incluían entre sus preciosas paginas iluminadas multitud de plantas fantásticas como la hierba de San Juan que sólo crece la noche del solsticio y permanece viva tan sólo unos segundos, o plantas que si bien existen en la realidad se las atribuía propiedades fabulosas. Entre estas últimas encontramos la mandrágora que según los expertos medievales era muy común en Iberia y que gracias a los agrestes suelos de Castilla se engendraban ejemplares de calidad sublime siendo por ello muy demandadas por alquimistas, magos y médicos.
Según ciertos expertos la mandrágora nace en condiciones sobrenaturales, concretamente del suelo regado por el semen del ahorcado derramado con su último hálito, otros dicen que simplemente el esperma las fortalece pero que nace mediante cópula ya que las mandrágoras tienen igual que los animales atributos masculinos y femeninos.


La hierba de San Juan es un fuerte antidepresivo natural, pero también tiene otras propiedades medicinales, por lo que no es tan sorprendente que fuera tan popular.
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